Megalodón, cómo era realmente el depredador más temible de la historia

Antes de la aparición del ser humano, diversas especies de animales gigantescos dominaban el planeta. En los mares, un territorio aún inhóspito y en gran parte desconocido, hubo una bestia que se impuso por encima de todas. Se trata del Megalodón, un temible superdepredador que ha sido probablemente el carnívoro más grande y poderoso de todos los tiempos.

Cómo era realmente el MegalodónCon el nombre científico de Carcharodon megalodon (Carcharocles megalodon), y simplemente conocido como "Megalodón" o "Megalodonte", cuyo nombre significa literalmente "diente grande", este impresionante animal podía haber llegado a medir hasta 18 metros de longitud y superar las 50 toneladas de peso. Además contaba con una poderosa mandíbula poblada de enormes dientes aserrados de hasta 18 centímetros, lo que convierten al C. megalodon en el mayor depredador de la historia.

Louis Agassiz, un naturalista suizo, fue quien identificó por primera vez la especie en 1835, asignándola el nombre científico de "Carcharodon megalodon". Lo incluyó dentro del género de los tiburones blancos (Carcharodon) por el gran parecido morfológico de los dientes. Debido a que los dientes del Megalodón son mucho más grandes, se le comenzó a conocer popularmente también como "tiburón megadiente" o "tiburón blanco gigante".

Gracias a los fósiles de C. megalodon que se han conservado a lo largo del tiempo, principalmente dientes y vértebras, y al gran interés que siempre ha despertado este animal, las diversas investigaciones científicas han ido afinando cada vez más la descripción de cómo era realmente el Megalodón. Una labor científica necesaria, ya que sus dimensiones, ferocidad o características son a menudo exageradas, casi siempre de forma interesada, por el cine o la televisión, en películas, series y documentales.

Carcharodon megalodonEl C. megalodon es una especie extinta, y aunque cada cierto tiempo aparece algún supuesto avistamiento de un verdadero Megalodón, hasta la fecha ninguno de ellos se ha podido demostrar. Lo más probable es que estos avistamientos sean en realidad de grandes tiburones blancos, una especie parecida morfológicamente y que puede alcanzar también un gran tamaño. Buena muestra de ello son algunos de los mayores tiburones blancos jamás capturados, cuyas imágenes son impresionantes.

El Carcharodon megalodon apareció en el planeta hace aproximadamente 23 millones de años durante la época del Mioceno temprano, y se extinguió hace 3,6 millones de años, al final del Plioceno. Cerca de un millón de años antes de que aparecieran los primeros ancestros del ser humano en la tierra, el género "Homo".

Tradicionalmente se ha asociado a este superdepredador con el género de los lámnidos (Lamnidae), entre los que se incluye la especie del gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias). Sin embargo, los últimos estudios científicos señalan que en realidad el Megalodonte pertenece al género de los Otodontidae, una especie de peces extintos que se separó de la rama de los tiburones blancos durante el Cretácico.

Por esta temprana clasificación, siempre se ha dado por hecho que el C. megalodon tenía en realidad el aspecto de un gigantesco tiburón blanco, mucho más grande y robusto que cualquier animal que se haya visto.

Cetorhinus maximus, el tiburón peregrinoSi bien aún no se sabe con certeza, debido a que su esqueleto estaba formado principalmente por cartílago y por tanto apenas se han conservado restos fósiles que permitan conocer su verdadero aspecto, muchos expertos apuntan a que el Megalodón pudo haber tenido un aspecto similar al tiburón peregrino (Cetorhinus maximus) o incluso al tiburón tigre arena (Carcharias taurus).

Sin duda una de las características más discutidas es el verdadero tamaño que podía alcanzar el Megalodón. Durante décadas se han hecho todo tipo de estimaciones basándose en los restos fósiles que se han podido hallar de este animal extinto. Mientras algunos científicos le daban una longitud máxima de 20 metros, biólogos marinos como Patrick J. Schembri y Stephen Papson estimaron que el Carcharodon megalodon podía llegar a tener un tamaño de hasta 25 metros.

Las estimaciones actuales son mucho más conservadoras. La mayoría de estudios científicos sugieren que el tamaño promedio del Megalodón es de 10,5 metros, existiendo ejemplares más grandes que podían haber alcanzado los 18 metros como longitud máxima. En todo caso uno de los mayores monstruos marinos que han existido, y quizás el pez más grande que se haya conocido, ya que podría haber superado en tamaño al gigantesco pez jurásico Leedsichthys.

Tabla comparativa tamaño Megalodón
Se cree que las hembras de C. megalodon eran más grandes que los machos, lo que estaba también directamente relacionado con su masa corporal. Un macho adulto de Megalodón tenía un peso de entre 14 y 38 toneladas, mientras que una hembra totalmente desarrollada podía llegar a alcanzar un peso de entre 25 y 60 toneladas. Para hacerse una idea por comparación, los grandes tiburones blancos rara vez superan la tonelada de peso, y solo en ejemplares excepcionalmente grandes se han visto tiburones capaces de llegar a las 2 toneladas.

A pesar de su excepcional tamaño y peso, el "tiburón megadiente" podía nadar relativamente rápido, estimándose una velocidad típica de 18 kilómetros por hora, al igual que otras criaturas acuáticas de un tamaño similar como las actuales ballenas de aleta o "rorcual común" (Balaenoptera physalus).

Junto a su gran tamaño, lo que ha convertido al Megalodón en el depredador más temible de la historia es su poderosa mandíbula. Los estos fósiles más comunes que se han conservado de este animal son los dientes, y son tan grandes que se trata de los dientes más grandes del reino animal.

Las mandíbulas del MegalodónLos dientes del C. megalodon son tremendamente robustos, con una forma triangular y dentados a "aserrados" en la punta para ser más eficientes para cortar carne y hueso. El tamaño habitual de los dientes es de 18 centímetros, aunque existe un diente fósil de megalodón cuyo altura es de 18,4 centímetros, por lo que se especula con que podrían haber existido ejemplares con dientes aún más grandes.

En su gigantesca mandíbula, de entre 2,5 y 3,4 metros según las reconstrucciones realizadas, el Megalodonte tenía hasta 250 dientes, dispuestos en cinco filas. Como no podía ser de otra forma, la fuerza de mordida del Megalodón era una de las más poderosas de la historia, estimándose entre 108.000 y 182.000 newton de fuerza. Esta tremenda fuerza de mordida es 10 veces mayor que la del gran tiburón blanco y cerca de cinco veces más poderosa que la del Tyrannosaurus rex.

Los restos fósiles de Carcharodon megalodon encontrados sugieren que la especie se movía por casi todos los océanos del planeta, incluyendo Europa, África, América y Australia. Su hábitat preferido eran las zonas subtropicales con aguas templadas, pero podía soportar también aguas más frías gracias a la mesotermia, una capacidad fisiológica de los grandes tiburones que les permite conservar el calor metabólico manteniendo un temperatura corporal más alta que el agua circundante.

Los ejemplares de Megalodón adultos se movían principalmente en aguas profundas, pero en realidad habitaban todo tipo de ambientes marinos durante otras etapas de su vida, incluyendo las zonas costeras.

Tamaño diente Megalodón comparada con un diente de tiburón blancoComo depredador supremo situado en la cima de la cadena alimenticia, casi cualquier animal podía ser presa del Megalodon, alimentándose principalmente de peces, tortugas marinas, focas y ballenas. Incluso atacaba a otros animales de su especie, ya que todo parece indicar que se dieron casos de canibalismo entre los megalodontes, al igual que sucede con los tiburones contemporáneos.

Su forma de caza probablemente era similar a la utilizada en la actualidad por los grandes tiburones blancos, sin embargo cuando atacaba a presas más grandes como ballenas, la estrategia de caza del Megalodón variaba. En este caso, en lugar de atacar desde abajo como los tiburones blancos, el Megalodonte dirigía su ataque a zonas vitales como el corazón y los pulmones, gracias a su poderosa mandíbula capaz de morder e incluso triturar huesos.

Un superdepredador que vivió en un entorno altamente competitivo, y que a pesar de su tamaño y fuerza tuvo que enfrentarse por las presas a otros grandes depredadores de la época, como otros tiburones, orcas y ballenas.

Entre los grandes rivales del Megalodón destacaron los cachalotes prehistóricos, con especies como el Livyatan melvillei, un superdepredador muy agresivo capaz de alcanzar los 17 metros de longitud y que quizás luchó directamente con el Megalodonte; o el Brygmophyseter, un animal más pequeño pero con unas formidables mandíbulas que contaba además con la ventaja de cazar en manada.

La lucha titánica entre Megalodón y Livyatan melvilleiDurante los millones de años que vivió el C. megalodon la Tierra experimentó una serie de cambios que afectaron a la vida marina. El enfriamiento de los océanos acabó llevando a una glaciación de los polos y la caída del nivel del mar, lo que afectó muy negativamente tanto a sus fuentes de alimentación como a sus lugares de reproducción, cerca de la costa en aguas más cálidas.

A este cambio climático en el planeta se sumó la alta competencia con el gran tiburón blanco o las orcas asesinas que estaba mucho mejor adaptado, y la desaparición de buena parte de las especies de la megafauna marina del Mioceno. Como resultado de todos estos factores, el Megalodón acabó finalmente extinguiéndose hace entre 4 y 3,6 millones de años, lo que curiosamente afectó también a otros animales, y varias especies de ballenas comenzaron a desarrollar un mayor tamaño a partir de la extinción de este superdepredador.

Auténtico monstruo marino de pesadilla para algunos y un animal fascinante en todo caso, el Carcharodon megalodon sigue atrayendo el interés del público como el depredador más temible que ha existido. Ha sido retratado en la ficción en películas, libros, documentales o videojuegos, e incluso se han creado falsos documentales que aportaban supuestas pruebas de que el Megalodón sigue vivo en la actualidad.

Un tema recurrente en la criptozoología es afirmar que podría existir aún algún ejemplar real de Megalodón actualmente, siendo difícil de descubrir al vivir en las profundidades marinas, de forma similar a como sucedió en 1976 cuando se descubrió el inusual tiburón boquiancho (Megachasma pelagios).

Sin embargo la ciencia es tajante en este sentido. Además de no existir ninguna prueba verificable al respecto, este gigantesco tiburón vivía generalmente en las cálidas aguas costeras y no es probable que pudiera sobrevivir en el ambiente frío y pobre en nutrientes que tienen actualmente las aguas del planeta en el mar profundo.

Tamaño estimado del Megalodon

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