Estos grandes tesoros perdidos en la historia suponen un gran reto para arqueólogos, investigadores, cazadores de tesoros o simplemente aficionados que buscan localizarlos. Mientras gran parte de ellos son tesoros conocidos y documentados que se han perdido, en algunos de estos tesoros "legendarios" se mezcla la historia con el mito y es difícil discernir si lo que se está buscando es un tesoro real perdido hace siglos o simplemente una leyenda.
Los Huevos Imperiales de Fabergé perdidos
Peter Carl Fabergé y su hermano Agathon eran unos joyeros rusos de San Petersburgo de ascendencia francesa que gracias a la extraordinaria calidad y belleza de su trabajo se hicieron muy famosos en la Rusia de la época zarista de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En 1885 el zar Alejandro III (Dinastía Romanov) encargó a los joyeros un huevo de pascua para su esposa, la emperatriz María (la Zarina María Fiódorovna).

Entre 1885 y 1917 Fabergé fabricó cerca de 50 Huevos Imperiales para la familia real rusa y otros 15 para compradores privados. La Revolución Rusa de 1917 derrocó al zar Nicolás II (hijo de Alejandro III), que fue ejecutado junto con gran parte de la familia real en julio de 1918. Temiendo por su seguridad, Peter Carl Fabergé abandonó Rusia viajando primero a Letonia, luego Alemania y finalmente a Suiza, donde murió en Lausene en 1920.

Los huevos de Fabergé que aún siguen perdidos: Huevo de gallina con colgante de zafiro, fue fabricado en 188 y no se han conservado fotografías ni ilustraciones por lo que no se conoce exactamente su diseño; Huevo con querubín y carruaje, fue fabricado en 1888 y se conserva una borrosa fotografía del huevo original; Huevo del neceser, fabricado en oro en 1889 con incrustaciones de esmeraldas, zafiros y diamantes, sigue perdido aunque se sabe que se vendió en Londres en 1952; Huevo malva, fabricado en 1898 y entregado por el Zar Nicolás II a su madre en 1899, la sorpresa de su interior se ha conservado; Huevo Imperial de nefrita, conocido como el medallón de Alejandro III, fue fabricado en 1902 en oro decorado con diamantes con un retrato del Zar en su interior; Huevo del jubileo danés, fabricado en 1903 es uno de los Huevos de Fabergé más grandes que se conocen; Huevo conmemorativo de Alejandro III, encargado en 1909 para conmemorar el 15º aniversario de la muerte del Zar Alejandro III de Rusia, la sorpresa en su interior era un busto en miniatura del zar.

La mayoría de los 50 huevos de pascua que Fabergé fabricó para la familia real rusa permanecen en la actualidad en Museos y colecciones privadas por todo el mundo. Una de las mayores es la del Museo Fabergé en San Petersburgo donde se guardan y se pueden ver nueve de los Huevos Imperiales. (Fabergé Museum)
El Tesoro de Lima
Desde que en el siglo XVI, España controlaba Lima tras derrotar a los Incas, la Iglesia Católica acabó acumulando un gran tesoro en la ciudad. Cuando empezaron a surgir problemas en las colonias en América del Sur que buscaban su independencia del Imperio Español, Lima no fue la excepción y en 1820, en la ciudad estaba cerca de producirse una revuelta ante la llegada del ejército de José de San Martín para liberar la ciudad.

Según la leyenda, se confió su transporte al comerciante británico, capitán William Thompson. Éstos no pudieron resistir la tentación y en vez de esperar en el puerto como se les ordenó, mataron a los hombres del virrey y a los sacerdotes y pusieron rumbo a la Isla del Coco, en la actual Costa Rica, donde enterraron el tesoro.
Poco tiempo después, fueron detenidos por un buque de guerra español, se les hizo un juicio rápido y toda la tripulación fue ahorcada por piratería. Solo se salvaron Thompson y el primer oficial, quienes para salvar sus vidas dijeron a los españoles que les mostrarían donde se encontraba el tesoro. Cuando llegaron a la Isla del Coco, Thompson y su compañero lograron escaparse y perderse en la jungla, nunca se les volvió a ver.

Desde entonces, cientos de intentos y expediciones han buscado el tesoro perdido de Lima en la Isla del Coco sin éxito. Probablemente la más destacable sea la del alemán August Gissler, quien vivió en la isla durante casi 20 años para buscar el tesoro y logró encontrar seis monedas de oro.
Algunas teorías apuntan a que el tesoro de Lima no se enterró realmente en la Isla del Coco sino en alguna otra isla cercana. Sin embargo eso no parece desanimar a los cazadores de tesoros ya que se siguen organizando un buen número de expediciones para la búsqueda del tesoro cada año.
El tesoro de Benito
Otro supuesto tesoro que también se encontraría enterrado en la Isla del Coco es el tesoro del pirata Benito "Espada sangrienta" Bonito. Desde 1818, el pirata estuvo aterrorizando la costa oeste de las Américas saqueando y quemando galeones españoles y escondiendo su botín en la Isla del Coco.

Sin embargo según la leyenda, años después dos de sus hombres fueron arrestados por las autoridades británicas y a cambio de salvar su vida traicionaron a Benito y desvelaron a los británicos donde estaba su escondite en las Indias Occidentales. El pirata Benito Bonito fue capturado y decapitado, sin embargo su supuesto tesoro, estimado en 300 millones de dólares, nunca se encontró y sigue enterrado en la Isla del Coco. Una versión de esta auténtica leyenda pirata que es habitualmente confundida con la historia del Tesoro de Lima.
Aunque la mayoría de cazadores de tesoros han realizado la búsqueda de este tesoro en la Isla del Coco, existen otras versiones distintas de la leyenda que sitúan el tesoro de Benito en Queenscliff, Victoria (Australia), donde también se han realizado excavaciones.
El tesoro perdido de Juan I de Inglaterra
En 1216 el Rey Juan I de Inglaterra (Juan sin Tierra) decidió trasladarse a Bishops Lynn en el condado de Norfolk, donde llegó el 9 de octubre. Una zona conocida como The Wash, llena de pantanos y peligrosas marismas. Allí, el rey enfermó de disentería y decidió regresar al Castillo de Newark a través de Wisbech, la ruta más lenta pero la más segura rodeando The Wash.

Juan I de Inglaterra era conocido por su gran afición a coleccionar joyas y oro por lo que el valor de este tesoro perdido se cree que puede ser bastante elevado. Además de las valiosísimas joyas de la corona, los carros transportaban copas de oro y plata y monedas de oro. Su valor actual se estima en más de 70 millones de dólares.
El tesoro del Flor de la Mar
Flor do Mar (Flor de la Mar) era una carabela portuguesa de 400 toneladas que según todas las crónicas portuguesas participó a principios del siglo XVI durante 9 años en algunas de las decisivas batallas del Océano Índico como la Batalla de Diu o la captura de Malaca.

Cuando navegaba cerca de Sumatra, en el estrecho de Malaca, el Flor de la Mar se encontró con una violenta tormenta y acabó naufragando en los arrecifes de Sumatra el 20 de noviembre de 1511. Aunque el capitán sobrevivió, tanto el tesoro como casi toda la tripulación (muchos de ellos esclavos) se perdieron en el mar.

La localización exacta del pecio sigue siendo un misterio, en el año 2014 se anunció que se habían hallado unos restos en el Mar de Java que podrían ser del Flor de Mar. Sin embargo no se pudo confirmar el hallazgo y el fabuloso tesoro de este barco portugués sigue perdido en el fondo del mar.
Si solo se puediera encontrar uno de esos tesoros, serias semimillonario.
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